lunes, 15 de abril de 2013

Nuevo método permite predecir la contaminación en cada lugar y momento



Se trata de un sistema de medición geoestadístico desarrollado por científicos de la Universidad de Castilla-La Mancha

Predecir el grado de contaminación de las ciudades resulta hoy día fundamental, ya que según la OMS la polución provoca 2,5 millones de muertes cada año. Investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) han diseñado con este fin un método de medición geoestadístico llamado kriging funcional, que permite predecir la contaminación atmosférica por óxidos de nitrógeno en un lugar concreto y una franja horaria determinada.


La Organización Mundial de la Salud afirma que casi 2,5 millones de personas mueren cada año por causas directamente atribuibles a la contaminación del aire. 

A pesar del esfuerzo realizado en los últimos años, los óxidos de nitrógeno tóxicos son uno de los principales problemas de contaminación en las grandes urbes, donde vive más de la mitad de la población mundial –3.300 millones de personas–. 

Por esta razón, los estudios de predicción de dichos compuestos químicos han sido numerosos, pero la mayoría no han tenido en cuenta las dependencias espacio-temporales. 

Investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) han diseñado un método de medición geoestadístico llamado kriging funcional, que tiene en cuenta estas dos variables para estimar la polución ambiental. 

“Modelizar en el espacio es muy complicado, porque existen infinitas direcciones y todo depende de múltiples factores en cualquier dirección. Nuestro sistema, que es un modelo geoestadístico aplicable a otras cuestiones –como las subidas y bajadas de los precios de la vivienda–, posibilita que predigamos, por ejemplo, la contaminación que habrá mañana a las 8 horas en la glorieta de Cuatro Caminos de Madrid”, asegura a SINC Jose María Montero Lorenzo, investigador principal del estudio en la UCLM. 

Los científicos decidieron probar este modelo estadístico en la capital porque cuenta con 27 estaciones de seguimiento de polución, lo que la convierte en una de las ciudades del mundo con mayor ratio de estaciones de seguimiento por habitante y kilómetro cuadrado. 

“Para hacerse una idea de esta magnitud, en el distrito medioambiental de California se trabaja con doce estaciones de seguimiento”, apunta Montero.

La polución tiene dependencias espaciales, como las corrientes de aire, el diseño de las ciudades, etc. Además, también depende del tiempo –lo que hoy es un pico en una zona, habrá cambiado en unas horas–. 

“Incluso con un superordenador hay problemas para llevar a cabo la modelización espacio-tiempo que tenga en cuenta todas esas variables”, explica el investigador. 

Por eso han propuesto la alternativa del kriging funcional. Para explicarlo de alguna manera, si existen 27 estaciones de monitorización y miles de instantes temporales que hacen que un supercomputador no pueda con tantos datos, los investigadores los han representado por una función y han modelizado las relaciones temporales de esas funciones. “Funciona de maravilla”, añaden. 

Una de las denuncias de los últimos años de los grupos ecologistas es, precisamente, que estos aparatos que miden la polución en las ciudades no están colocados en los lugares donde deberían para medir la contaminación real. 

Diseño 

Para el diseño óptimo de estas estaciones de seguimiento se elabora una red de observación. Según explica Montero, “es posible que en el lugar donde, sobre el papel, debería colocarse la estación, no esté permitida la instalación. 

Con nuestro sistema, ese problema desaparece porque podemos hacer un mapa para todo Madrid con datos reales. Es decir, si te pones en un baldosín de la calle, nosotros indicamos el nivel de dióxido de nitrógeno en esa zona”. 

El sistema kriging funcional está respaldado por una base de datos masiva que ha medido cada hora de contaminación desde 2001 hasta 2010 en los distintos municipios de Madrid. 

“La tesis doctoral a partir de la cual se desarrolló este estudio fue Premio de Economía de la Comunidad de Madrid en 2010 y nos han llamado de numerosos centros de investigación para interesarse por el método desde diferentes partes del mundo. Sin embargo, nadie nos ha vuelto a contactar para ponerlo en la práctica en España”, concluye Montero.

Referencia bibliográfica: 

José-María Montero-Lorenzo, Gema Fernández-Avilés, José Mondéjar-Jiménez, Manuel Vargas-Vargas. A spatio-temporal geostatistical approach to predicting pollution levels: The case of mono-nitrogen oxides in Madrid. Computers, Environment and Urban Systems (2013). 
DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.compenvurbsys.2012.06.005.

FUENTE www.tendencias21.net 

viernes, 5 de abril de 2013

Poner precio a la naturaleza, ¿servirá para reconocer su valor?



Un estudio analiza los aspectos éticos del concepto
 de ‘servicios del ecosistema’

El concepto de ‘servicios del ecosistema’ se extiende como fórmula económica de gestión de los recursos que nos proporciona la naturaleza. Un estudio reciente sobre el tema señala que, en este proceso, habría que considerar cómo deben distribuirse en la sociedad los gastos de mantenimiento de ecosistemas, así como definir la responsabilidad de todos aquellos que se benefician de estos recursos. Además, se defiende que hay que establecer una relación equitativa entre recursos y beneficios, teniendo en consideración los valores, creencias e intereses de todas las partes: las comunidades locales, las generaciones futuras, la humanidad en general y también todos aquellos que pueden ganar o perder financieramente. Por Yaiza Martínez.


¿Se puede poner precio a la naturaleza? Una investigadora de la Universidad de Nottingham, en el Reino Unido, ha examinado el surgimiento de un nuevo concepto, el de ‘servicios del ecosistema’, que describe la multitud de recursos que nos proporciona la Madre Naturaleza. 

Marion Potschin, del Center for Environmental Management de dicha Universidad, forma parte de una organización internacional que investiga las implicaciones éticas de este nuevo concepto, que algunos han argumentado que podría convertir a la naturaleza en "mercancía". 

En un artículo publicado en la revista BioScience, Potschin y sus colaboradores, de universidades de Australia, España, Alemania, Canadá y EEUU, han analizado las consecuencias de asignar un valor monetario al medio ambiente y concluyen que el impacto social de esta asignación debería ser considerado junto a otras cuestiones de igualdad social. 

Así, por ejemplo, habría que considerar cómo deberían distribuirse en la sociedad los gastos de mantenimiento de ecosistemas que nos proveen de recursos, como agua potable o alimentos. O qué tipo de responsabilidad deberían tener aquellos que se benefician de estos recursos naturales.

La idea de que la naturaleza proporciona una serie de beneficios a la sociedad en forma de servicios del ecosistema está ganando un gran interés en la ciencia internacional y entre los responsables políticos. 

Este hecho ha generado un debate sobre el capital natural y la forma de gestionarlo, del mismo modo que se gestionan otros capitales como el humano, el social o el de la manufacturación. El concepto de servicios del ecosistema se utiliza de hecho cada vez más para ayudar a alcanzar los objetivos de un desarrollo sostenible. 

Potschin y sus colaboradores señalan que: "El uso cada vez mayor del concepto de servicios del ecosistema se ha producido al mismo tiempo que el desarrollo de una economía globalizada, el aumento de la privatización de los activos públicos, una mayor desregulación del gobierno y el racionalismo económico creciente". 

"Este trasfondo representa un gran desafío para aquellos que pretenden defender la importancia de los valores no monetarios de los ecosistemas, como las comunidades locales que buscan enfatizar el valor intrínseco de la naturaleza.” 

En declaraciones recogidas en un comunicado de la Universidad de Nottingham, Potschin agrega que: "El debate a menudo se polariza entre puntos de vista opuestos: la estrecha perspectiva impulsada por el análisis económico convencional y el enfoque que tiene en cuenta las preocupaciones ecológicas…” 

“Nuestra investigación versa sobre las numerosas cuestiones que deben abordarse para aplicar el enfoque de los servicios del ecosistema”. Según Potschin, estas cuestiones deben asegurar que la relación entre recursos naturales y beneficios “se haga de manera equitativa, teniendo en consideración los valores, creencias e intereses de todas las partes: las comunidades locales, las generaciones futuras, la humanidad en general y también todos aquellos que pueden ganar o perder financieramente”. 

El estudio concluyó asimismo que resulta esencial reconocer la legitimidad de enfoques y lenguajes de valoración alternativos, como la metáfora económica de los ‘servicios del ecosistema’, para conservar la naturaleza.

Categorías de los servicios del ecosistema 

La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (EM) ha definido los ‘servicios del ecosistema’ como aquellos beneficios que el ser humano obtiene de los ecosistemas. 

Las definiciones de los ‘servicios del ecosistema’ fueron formalizados por la EM -organizada por las Naciones Unidas en 2005- a raíz de un estudio de cuatro años de duración, que involucró a más de 1.300 científicos del mundo entero. 

A partir de esta investigación, los ‘servicios de ecosistemas’ fueron agrupados en cuatro categorías amplias: aprovisionamiento, tal como la producción de agua y de alimentos; regulación, tal como el control del clima y de las enfermedades; apoyo, tales como los ciclos de nutrientes y la polinización de cultivos, y cultural, tales como beneficios espirituales y recreativos. 

En nuestro contexto actual, con un crecimiento poblacional y de necesidad de recursos continuamente en aumento, se están asignando valores económicos a muchos servicios de ecosistemas, con el fin de facilitar la toma de decisiones. Esto está provocando cambios transdisciplinarios en la forma en que se concibe y maneja el medio ambiente, la responsabilidad social, las oportunidades de negocios o el futuro del ser humano.

Referencia bibliográfica: 

Gary W. Luck, kai M. a. chan, uta EsEr, Erik GóMEz-BaGGEthun, BEttina Matzdorf, Bryan norton, Marion B. Potschin. Ethical Considerations in On-Ground Applications of the Ecosystem Services Concept. Bioscience.

FUENTE: www.tendencias21.net